En el peilago de unas dudas mudas
se sumergen las androginas paredes
coloreadas de mugre y llanto.
No escuchan los gritos
que desangran los armarios
cansados de esconder
las mismas mentiras.
En esta caverna rosa
donde un cerbero
ahoga el llanto en mi garganta
me aferro a creer en la publicidad
que me impone el tiempo.
Entre costos y gastos
entre inicio y final
me apoyo en el atlas
que me empuja al cinismo
suponiendo que los insecticidas
acabaron con mi adas.
1 comentarios:
Geenialisimo (Y)