Las plumas de la almohada
que mojamos juntos
se oxidaron
y crugieron su disonante mùsica en mis labios.
Las hùmedas palabras
que lloraste a solas
se secan
Dejando el desertico espacio
entre fluidos mareados
que viven el presente
por el placer olvidado.
EL despertador se calla
dejando que se oigan
los pasos de tu olvido
porque se cansò el pañuelo
de secar los restos de tu recuerdo
enero 17, 2010
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